Hace una semana salía yo de casa corriendo, como siempre que tengo que coger un tren, me esperaban unas 10 horas de viaje para volver a casa antes de Navidad vía Turín-Milán-Bergamo-Madrid-Salamanca. Como la cosa era para rato, compré una revista de cine en la estación que resultó ser una mierda bastante cara. La primera parte del viaje fue normalita; la máquina de sacar el billete que se queda las monedas del cambio, el tren que se retrasa una hora y media...lo normal en estos casos. Cuando conseguí llegar a Bergamo, sobre mi nariz se posó un pequeño copo de nieve que me hizo mirar primero al cielo, y después el reloj. Faltaban 10 minutos para el cierre de las puertas de embarque, así que mi mente inocente no enlazó estos dos acontecimientos y seguí avanzando con mi maleta rota hacia la terminal. Cuando llegó el momento de embarcar, me emocionó el hecho que mis huellas se quedasen marcadas por la pista, y mi mente imaginó lo diferente que sería despegar bajo la nieve...3 horas y media después seguíamos en el avión, bajo la nieve (más o menos medio metro) y con las ruedas aún en el aeropuerto. Después, fue todo confusión; nos hicieron bajar para "estar más cómodos" hasta que limpiasen la pista de despegue, más tarde nos hicieron recuperar las maletas "por si necesitábamos algo de dentro en lo que esperábamos" y finalmente, tras suspender el vuelo a la espera de mejoría del tiempo, sin avisar, en las pantallas apareció "cancelado" al igual que ya pasaba con los otros 34 vuelos. 34 vuelos navideños esperando llegar a casa, que deberían estar prácticamente llenos, y que acercan el número a las 5000 personas de mi alrededor encerradas bajo el mismo y minúsculo techo.
De esas más de 24 horas atrapado recuerdo un momento clave: Yo, parado cerca de la puerta de entrada del aeropuerto intentando que los ojos llorosos de Nerea no abriesen compuertas, una chica en frente llorando por teléfono, una señora mirando por la ventana como la nieve lo tapaba todo, en silencio con sus hijos pequeños, un señor gritando y golpeando la ventanilla de Ryanair, los españoles de mi avión desmantelando el árbol de Navidad para enchufar los móviles y un policía sudado corriendo hacia los baños.
Después sólo sueño y desinformación que se transformaban en frío a medida que pasaban las horas. Cuándo decidí volver a casa, la gente que dejé atrás se peleaba por un bocadillo en el único bar del aeropuerto abierto, por el último dinero que daba el cajero y hasta por un sitio en mi autobús, mientras el ejercito empezaba a quitar nieve con palas y nos hacía circular a fila de 1 para que consiguiésemos andar fluido. Tan sólo habían pasado unas horas desde que empezó todo, pero es increíble cómo una situación así transforma a las personas, cómo las hace racionar...creo que Saramago se queda corto en sus ensayos.
Cuando llegué a casa, a mi casa de Turín, reconozco que estaba un poco deprimido. La idea de pasar las navidades lejos de mi familia no me resultaba nada llamativa. Sin embargo, he de reconocer que una Navidad diferente no sólo es interesante, si no, a veces, necesaria. Pasarla en Turín, preciosamente empolvada como un panettone bajo el azúcar, con amigos que te acogen en su cena familiar, otros capaces de mantenerse despiertos al teléfono desde España y Turín en los momentos malos, y otros, que imaginan cualquier alternativa para hacerte regresar a casa, es una experiencia increíble, una más de este Erasmus, y que te hace apreciar cosas de las que de otro modo no te habrías percatado.
Ahora ya estoy a 2 horitas de casa, y como la experiencia ayuda, compré una revista bastante menos intelectual pero mucho más interesante que ya me he leído, así que aprovecho que renfe se moderniza cuando pagas un poco más caro el billete, y por sólo 19€, llegando en el mismo tiempo, mi ordenador con su pequeño corazoncillo requemado funciona a través del enchufe que tengo al lado del culo...Pedirles Internet ya sería demasiado, así que sí, mientras escribo esto, reconozco que tengo ganas de llegar a casa, pero también tengo ganas de volver, de regresar para no enfrentarme a un mes que puede ser increíblemente satisfactorio, o peligrosamente desilusionante. En cualquier caso estoy decidido...intentaré llegar a través de las baldosas amarillas.
Canción que sonó en el aeropuerto unas 3 veces...muy adecuada.
martes, diciembre 29, 2009
Cancellato
viernes, diciembre 18, 2009
Oltre a 92 giorni...
Nunca he sido una persona demasiado inteligente, y me da rabia, porque sé que una persona suficientemente inteligente sería capaz de predecir el futuro inmediato tras la toma de una decisión.
Desde que nacemos, tenemos a nuestra disposición la capacidad de decidir, de tomar un camino u otro para labrarnos un destino. De nada sirve preguntarse que habría pasado si en vez de tomar una decisión hubiésemos tomado la contraria, o simplemente otra, porque cada camino, generalmente, es irreversible. Así, comenzamos nuestra vida sabiendo muy poco, o más bien nada, de todo, y nuestras decisiones llevan nuestra vida a una continua especialización hacia la imbecilidad. Con el paso de los años sabemos cada vez más de menos, hasta que al final, no sin un poco de suerte, conseguimos saber todo de nada. Y eso, es lo que nos hace imbéciles.
Desde que decidí estudiar una ingeniería, mi nivel de imbecilidad creció exponencialmente y, arrepentido o no, aquí estoy después de todo este tiempo, a continuar pasando por periodos de una vida que van dejando recuerdos de pasado, incapaces, tras su reconstrucción, de predecir un futuro suficientemente nítido.
Los últimos 92 días, aproximadamente el 25% de un año y el 1% de mi vida me han dejado ya una pequeña cicatriz, que marca mi forma de pensar, me cambia como persona y que me hace tomar un camino diferente en definitiva, y aunque estoy convencido que muchos de los recuerdos y sensaciones que llevaré a casa son efímeros, sé que sin esforzarme demasiado formaréis parte de mi futuro de alguna forma.
Aunque no lo vea con claridad, soy consciente que el futuro está ahí delante.
Il bene più segreto sfugge all'uomo che non guarda avanti, mai.
Ritorno subito...
domingo, diciembre 06, 2009
Stoccolma
Muchas veces las cosas se te escapan de las manos a tal velocidad, que tu capacidad de reacción parece funcionar impulsada por la energía que genera un molinillo de papel. Un hecho desencadena otro, y este a su vez produce otro que empuja al siguiente, y al final, sólo basta un pequeño impulso para que las cosas escapen a tu control. Es en esas situaciones cuando te sientes tan patético, que sólo desearías poder transformar tus miopes ojos en dos bolas opacas para no ver cómo el universo entero se detiene a observar el modo en el que reaccionas.
Últimamente, sin darme apenas cuenta, sucede que me sorprendo siendo toqueteado por un policía de incógnito, que me soba rodeado de agentes con pinganillo y un perro excesivamente cariñoso que olisquea mi entrepierna, a la vez que dejo que quien va conmigo me acuse de contrabando mientras entablo conversaciones algo interesantes con amigos secretos, que no se dejan conocer, quien sabe si para mantenerme despierto hasta el amanecer, donde con la salida del sol soy golpeado e insultado por un italiano enloquecido mientras me encontraba calmando a cuatro fierecillas, para terminar en una comisaría, hecho que no tiene nada que ver con lo de ser pillado sacando fotos al material privado de la agencia espacial europea o con lo de robar panecillos en la mensa para prepararme bocadillos que llevar al gimnasio, que al final terminarán por el suelo cuando resbalo desnudo al salir de las duchas. Situaciones diarias que desearía haber podido parar en el momento justo y que, sin embargo, ahora desembocaron en hacer de mi un tipo de lo más subreal. Y es que, si te paras a pensarlo un poco, existe ese punto de no retorno, en el que, no se muy bien cómo ni por qué, me condeno a jugar siempre. Así que si señor, soy raro...y eso es lo más bonito que me han dicho en algún tiempo.
Por eso, tal vez, no me ha sorprendido tanto la visita de Victor, Magoo y Gonzalo, porque, en la vida de un tipo raro, no es extraño encontrarse con gente a la que quieres tanto en Milán, para coger un vuelo a Estocolmo donde tomar unas cañas con un amigo francés y al día siguiente, regresar a Turín para llevarles a Génova.
Gracias por compartir Estocolmo conmigo y hacer de dos semanas una normalidad extraña que recordaré siempre.
sábado, noviembre 28, 2009
Brusselle-Gand-Bruges-Amsterdam
Viajar solo es una sensación un tanto extraña, por momentos te sientes un tio raro con algún problema auto-social, y en otros puedes sentirte un poco como Alexander Supertramp con sólo imaginar que el avión de Ryanair es una autocarabana de hippies irlandeses...no voy a ir de héroe romántico, porque mi realidad es mucho más sencilla cuando al otro lado hay alguien que te espera, te abre su casa y está dispuesto a perder su tiempo contigo, pero creo que es una sensación que me gustaría probar más de largo algún día, sobre todo cuando consiga convencerme a mi mismo que puedo ser un buen compañero de viaje y no sentirme solo, si no acompañado de mi mismo.
Bruselas me ha sorprendido, y es que, estoy seguro, que si te enseñan una ciudad con un poco de profundidad siempre encuentras el encanto capaz de fascinarte. Gante me pareció una ciudad más olvidada, con menos vida, pero que merece la pena visitar aunque sea rápido. Brujas es tal y cómo te la describen, un decorado de cuento que parece irreal, y Amsterdam, Amsterdam es un lugar imaginario que no debería funcionar y sin embargo lo hace, e increíblemente bien...un sitio avanzado en el que quedarse a vivir una buena temporada.
El viaje, en cierta medida, me ha devuelto a casa, pero a la casa de una época pasada, y me ha creado otros muchos recuerdos que no olvidaré. Por eso, una vez más, voy a seguir el consejo de Mateo y apuntar las cosas, las verdaderamente importantes, en una lista mental para no olvidar, y a esa lista, que puedes leer en el primer comentario de esta entrada, le pongo la música de una ItaloFrancesa que escuché nada más bajar del avión.
domingo, noviembre 01, 2009
Sabato Genova e poi la Domenica si chiede
Hoy mientras iba camino de la mensa me he cruzado con una mujer que pedía a los pies de creyentes a la salida de la iglesia, un chico que a media sonrisa abría el contenedor de basura, y un viejete que arrastraba en un carro todas sus pertenencias y, mientras me planteaba que yo comería por 2.50, me dio por pensar la cantidad de cosas que deseamos sin contar con el resto.
Supongo que me sucede porque es Domingo, y los domingos es día de pedir. O simplemente hoy me he dado cuenta que en Turín existen las mismas miserias que en el resto del mundo. No es un conflicto sentimental, es más bien el conocimiento más profundo de algo que, hasta hoy, no había percibido, que no hace diferente a la ciudad, si no parte del mismo mundo. Y mientras tanto aquí estoy yo, pasando mi domingo bajo una manta, comprando billetes de avión para escapar, con la esperanza que Bruselas, Estocolmo o Madrid me devuelvan a casa...deberían inventar un sistema que me prohíba escribir los días de morriña.
Definitivamente ha llegado el frío y el cambio de hora no ayuda a olvidar la sensación que cada vez los días duran menos, tanto que incluso puedes llegar a ver el sol delante y la luna a tus espaldas bajo el mismo firmamento. No es que nos encontremos bajo cero, no al menos térmicamente, pero yo ayer desperté y al abrir la persiana desee que todo estuviese blanco sin prever las consecuencias y, aunque no se hizo realidad, hoy empiezo a temer que suceda demasiado pronto. Demasiado pronto para estar preparado, y demasiado pronto para dar tiempo a esa pobre gente que duerme en la calle a encontrar un sitio mejor.
El domingo se pide y yo pido tener más días de sol, aunque me encante el frío.
Ayer pasé el día en Genova, cuidad preciosa, ecléctica y que me recuerda bastante a la que se ve en esta canción.
martes, octubre 20, 2009
Appena fa un mese che sono qui
Turín debe ser uno de los sitios del mundo en los que es más difícil conseguir una casa a un precio aceptable con una calidad mínima. Apenas hace un mes que estoy aquí y he visto casas que personalmente me daría vergüenza poner en alquiler, zulos a precio de palacio y mejicanos intentando venderme su colchón para dormir. He conocido mansiones fuera de mi alcance, con vistas increíbles y buhardillas con techos de cristal. He conocido gente de cada rincón español, una vecina grotescamente cotilla y una muralla de montañas en el horizonte.
Apenas hace un mes que estoy aquí, y soy el yayo de los erasmus. Podría parecer algo malo, pero no lo es, estoy contento de haber pillado este tren y viajo, encantado, enganchado en el vagón de atrás. Un erasmus es una aventura multicultural que solo pasa una vez por tu estación, y aunque suceda un poco más maduro, me adapto bien. Y lo voy a aprovechar.
Apenas hace un mes que estoy aquí y hoy he sentido el olor de la naftalina en el autobús. Esas cosas son el primer aviso de llegada del frío. Suele pasar que hay personas mayores que preveen su llegada a través de una especie de tortura ósea. Es una predicción que no suele fallar, algo inexplicable, como cuando antes de un terremoto las leyendas urbanas sobre prison brake animales toman forma. Hoy es ese día en el que se desempolvan los chaquetones del ropero y los lugares cerrados huelen a armario. No hay duda. Llega el frío, pero yo hoy me compré una bufanda.
Apenas hace un mes que estoy aquí, pero en ese tiempo ya he sucumbido a los encantos de un capuccino bien preparado y mantengo una relación de amor y odio con i rigatoni alla arrabbiata.
Apenas hace un mes que estoy aquí y ya me está siendo difícil no enamorarme.
Apenas hace un mes que estoy aquí y hoy me siento lejos.
La canción de este primer mes dedicada a Rafa y Cri.
domingo, agosto 16, 2009
Ferragosto
Cuando despiertas, existe un pequeño instante en el que no estás en ningún lugar; no estás dormido, puesto que la peli sensorial ha terminado cuando el despertador tropieza con el cable que conectaba a tu cabeza, dejandote, en el mejor de los casos, el recuerdo abultado de algún argumento interesante; y no estás despierto, porque para estar despierto tienes que ser consciente de ti mismo, en un espacio y un tiempo que, en ese instante, aún no han sido creados.
Ultimamente tengo 2 de esos reinicios al día, o dos días cada 24 horas, porque lo que empezó como una siesta de 10 minutos ya va por la hora, y viviendo al doble, despierto tan dormido que hasta me parece normal que aquí los gatos tiendan al suicidio o vivir el verano sentado en el rincón de un bar.
¿Y esto cómo lo compenso? Pues hay malas lenguas que dirán que comiendo, que digo yo ¿que tendrá que ver mi hambre voraz con los 5 kilos extra que llevo encima?...pero al final no está siendo tan malo, quiero decir, es cómo si me hubiese convertido en una especie de oso chamuscao recordando viejos momentos, subiendo a los árboles a por alguna risa y congelandose para un invierno un poco más largo de lo normal.
Desde mi rincón, mis padres cada vez me recuerdan más al matrimonio Curie: están de limpieza profunda y mientras mi padre se sube a su archienemiga-escalera-coja, cargado de líquidos inflamables y herramientas cortantes para analizar las fuerzas de la naturaleza y la posibilidad de supervivencia de un homosapiensbarman, a mi madre le tira más la química de mezclar productos de limpieza, y entre tos y tos, ayer del suelo del cuarto de baño empezó a salir un humo blanco que aquello parecía un concierto de Madonna.
Ferragosto además me ha traido un par de ideas interesantes para el blog que intentaré llevar a cabo una vez que esté en Turín, dónde llegaré sin sitio para dormir, pero eso sí, por el módico precio de 1€; una vieja afición por la fotografía que empuja por tirar una foto en blanco y negro a una sepia, y hasta un móvil nuevo que será verdad verdadera en poco tiempo.
Rob Thomas me acompaña al bar cada mañana. Cradlesong es bastante aceptable aunque me sigue gustando más Something to be
...y un extra en la entrada de hoy robado a mi hermano:
miércoles, junio 10, 2009
Domani, oggi sarà ieri
Historia:
Estábamos intentando filtrarnos tras una banda estrecha de tiempo de estudio, cuando un enorme tssss dio entrada en la sala a una marabunta de pequeñajos en fila de a dos. Ante eso no hay filtro que valga. Nos miraban con los ojos muy abiertos alucinados de pensar en qué estarían haciendo tantos jóvenes callados en una sala tan grande, y a la hora del recreo. Se pasearon por las mesas entre risitas calladas y juegos inocentes, mientras la biblioteca entera desperezaba como un enjambre de zombis con grandes ojeras tras las que los mirábamos también a ellos. Cuando se fueron, nos dejaron a todos una sonrisa en la cara, y a mi la sensación de sentirme como una fierecilla encerrada a la que aporrean tras el cristal del zoo. Me dieron unas ganas tremendas de salir tras ellos y agarrarme a la fila, infiltrarme en su grupo a cuclillas, y poder decirles a traición que no lo hagan, que cuando crezcan no malgasten tanto tiempo en un sitio como este. Pero no lo hice, en vez de ir tras ellos, reconocí por el camino, a un friki religioso, que jamás leí la biblia y que lo único que sé de algo parecido a un evangelio es esto, y un rayo fulminante cayó del cielo y me retorció el tobillo en plena calle. Poco después comenzó a llover mientras me arrastraba a por mis cosas a saltitos, y terminé el día en el hospital sin zapatillas suplicando por un ibuprofeno. Desde ese día no he conseguido levantarme con el pié derecho.
La verdad, es que no nos damos cuenta de cuánto utilizamos cualquier parte de nuestro cuerpo hasta que te dicen que no debes hacerlo. Prueba a inutilizarte el dedo meñique del pié uniéndolo con celo a su vecino anular. Te darás cuenta en poquísimo tiempo cuanto necesitas tu pequeño dedo inútil. Después mírame a los ojos y dime que es justo que en época de exámenes me prohíban patalear.
No pretendo con esta historia hacer una entrada de vida sufrida al más puro estilo cuñadadeldifunto, no vaya a ser que termine atrayendo a alguna cara triste, es más bien una nota para el futuro: “Recuerda que un día raro comienza cuando no encuentro la suerte tirada por la calle”
Una muy buena canción, aunque las drogas no funcionen.
martes, mayo 19, 2009
Tante altre cose pur essendo io
Escuché hace poco que cuando se hace un regalo, deberíamos regalar sólo las cosas que nos gustan a nosotros, quiero decir, no volverte loco buscando algo que comprar que se adapte a los gustos de esa persona, porque, en realidad, un regalo tiene sólo sentido si al regalar algo que te gusta, cuentas un poco de ti.
Mis últimas semanas han sido un poco un caos; todo empezó cuando quisimos ir a ver unos monos, allí nos encontramos un policía en el parking que nos dijo: “¿Dónde váis?”…pregunta un tanto estúpida visto que acabamos de parar el coche a la puerta de su parque…”A ver los animales” dijimos nosotros, “Ay mi amol, si lo que tu quieres es ver son bishitos vas a tenel que ir al soo” nos respondió, así que allí fuimos. A la puerta del zoo nos encontramos a alguien más que también nos dijo: “Ay mi amol…” pero esa es otra historia.
Pasar el día con los bishitos mola, más que un regalo fue una sorpresa sensorial. Vimos animales que pensaba no existían, o al menos los había olvidado, pandas vagos, monos muy juguetones, canguros estatua y gorilas rumiando, pero lo cierto es que deberían prohibir las hamburguesas de carne de pingüino.
Mi hermano me invitó a un concierto de Laura Pausini. La verdad es que no fue el mejor de los conciertos que he visto, pero mereció mucho la pena, algo así a como cuando recibes uno de esos regalos mal empaquetados en papel de periódico que se nota que te lo han hecho con toda la ilusión del mundo.
Y el gabacho nos ha regalado una semana increible de parloteo y risas. El martes cuando se fue nos dejó además un día en Ávila, otro en la España profunda (Ruta: San Esteban-Miranda del Castañar-La Alberca) más verde que nunca, un paseo en bici, un par de tardes de terracita, un fin de semana en casa y una cena con dos wuevos huevo.
Se nos olvidó además que Patri sufre de narcolepsia, y le invitamos a ver una emocionante y trepidante final de Eurovisión.
Lo importante de los regalos es que dejen algo de ti a quien los regalas. Una huella en la memoria, una pequeña esencia de tu existencia en los demás. Los poetas, los buenos poetas, consiguen con facilidad regalar las palabras, algo que parece tan efímero, y hacer un poco tuyo sus pensamientos más compactos. El domingo, al fin y al cabo, tampoco fue tan triste cuando lo miras con perspectiva.
No se si voy a resistir una semana con este regalo en casa...
Puede que al fin y al cabo, en el reflejo de todo esto haya un poco de mi caos que esté tranquilo.
Y para que mi hermano no se me enfade, dejo un regalo de 60 de los mejores artistas italianos, que estoy seguro ayudará a levantar de nuevo el teatro de l’Aquilla.
martes, abril 14, 2009
Gran Torino
Datos: Con 910.434 habitantes (algo así como 3 veces Valladolid) y un área metropolitana de más de 2.000.000 (que supone el 3.4% de la población italiana), Torino (Turín) es la cuarta ciudad de Italia después de Roma, Milán y Nápoles. Es la capital de Piemonte, región famosa por sus vinos, sus quesos, el café, el chocolate a la taza y sus estaciones de esquí. Fue la primera capital de Italia y la primera ciudad del cine. En Turín se encuentra la sábana santa, el museo egipcio más importante después del Cairo, la Juve, y el primer monumento financiado con dinero público en el mundo dedicado al pueblo palestino. Es capital del barroco Europeo y en 2006 fue la sede de los últimos juegos olímpicos de invierno, así que bien podría ser la ciudad de Marco al pie de las montañas, si no fuese porque el puerto más cercano está en Génova (a unos 100Km). Cuenta con aeropuerto internacional, pero a través de Milán (138Km) se une a Valladolid desde 20€ vía Ryanair.
Poco más sé de Torino que lo que se ve en los videos promocionales, y lo que aprendí en la EOI, pero es la ciudad en la que viviré de Septiembre a Junio. 10 meses de Orgasmus, como dice siempre Jaime, que aprovecharé entre otras cosas para perfeccionar el Italiano, aprender y conocer gente, viajar muchísimo y, desde el Poli, terminar la carrera…y esto último no es moco de pavo.
Aguántame desde ahora porque creo que pertenezco a ese grupo de gente que cuando le conceden un Erasmus, se pasará casi un año girando la cabeza y aguzando el oído cada vez que escucha la famosa palabra. Incluso puede que, hasta por un tiempo, no tengas otro tema de conversación lo suficientemente interesante.
Gracias hermanito por el felpudo que nos has regalado, me da hasta pena pisarlo.
Y hoy llueve un poco de Ligablue:
miércoles, abril 01, 2009
Trasferito a quindici minuti di distanza
Tras casi 6 años en los apartamentos y con algo más de un mes de retraso, por fin tengo un poco de tiempo de decir: “me he mudado a quince minutos de distancia”. Mi habitación ahora es más grande y algo más fría, tengo mucho más sitio para todo y un sofá retro en el que acurrucarme justo después de comer. Mi cuarto de baño ha pasado de ser un pequeño zulo morado, a un pasillo floreado y, tras matricular mis paredes de fechas para el recuerdo, miro por la ventana para darme cuenta que el invierno todavía está en cada trozo de cielo.
Vivir en conjunto es más complicado de lo que parece, no sólo hay que renunciar a la vieja afición de cocinar desnudo y mear con la puerta abierta, también se hace más importante la comunicación, porque no basta con entenderse en cuatro idiomas, se hace necesario compartir a la vez el mismo vocabulario, de lo contrario lo primero que puedes oir al despertar es “Esternocleidomastoideo” y, tras sopesar una respuesta plausible, te sale algo así como: “Retruécano”, “imprecación”, “blenorragia”, “mucama”, “quimbundo” y “mucilaginoso” todo-asi-de-seguido que no te entenderán ni en la Real Academia. Lo que quiero decir es que para entenderse no basta con saber qué es “colecistitis” ni “ribonucleótido” o “zapoteca” sólo es necesario tener la intención y, por suerte, de eso aquí no falta.
Lo que si que faltan son algunas cosas para cumplir los planes previstos e ideas prediseñadas, y tiempo, sobre todo tiempo para los muchos proyectos en marcha, pero como buen chico TDS he de saber administrarme hasta, al menos, los nuevos acontecimientos que limitan mi permanencia en gran hermano al parón que comenzará en Septiembre del próximo año.
Tras convencer al casero que somos buenas personas, y a la zorra de la vecina que limpiaremos lo que hemos manchado de la escalera, sin chivarnos que su hijo viene a las tantas oliendo a porro, creo que puedo decir que hemos formado un espacio común, y al compartirlo me doy cuenta que es más cómodo de lo que imaginaba, por eso estoy convencido que vivir juntos, pese a todo, es infinitamente mejor que hacerlo solo o con cualquier otra persona.
Bienvenidos a la republica independiente de nuestra casa.
La nueva realidad se forma a golpe de reggae que para el tiempo:
jueves, marzo 19, 2009
I libri persi
Hay días que son una mierda y lo mejor es ignorarlos. Sólo necesitas una canción, una buena peli, un libro y al final, si es posible, un buen confidente que sufra de paralelismo crónico. Después es asunto del tiempo.
Voy adaptándome a la nueva realidad y mientras tanto, con los pies fríos y olor a gel de baño, me sobreviene un nuevo flashbak con los libros que recuerdo haber dejado atrás en periodo póstumo de exámenes:
Todo bajo el cielo [Matilde Asensi]
Un libro bastante entretenido. Se hace previsible por el hecho de que ya empiezas a leerlo con ojos de detective. Muchas veces es mejor abandonar tu instinto CSI y tan sólo disfrutar como si vieses una película, porque si de algo se le puede culpar, es de montar, con increíble facilidad y sin permiso, una película de aventuras de sobremesa en tu cabeza desde la primera página. Muy entretenido, aunque presiento que para escribir un libro sobre China sólo se ha quedado en la primera lección del curso.
La conjura de los necios [John Kennedy Toole]
Ignatius Reilly es uno de esos personajes, como el doctor House, que son capaces de enamorarte con todo aquello que cualquier otro intentaría evitar para que no le odiases. Sucio, grotesco, feo, sinvergüenza, maleducado, egoista, sobervio, prepotente, engreido, infantil… y adorablemente gracioso, son sólo algunos de los adjetivos que se me ocurren para definir el libro más divertido que he leído.
Está escrito realmente bien, tanto que mientras lo lees no puedes evitar entristecerte al pensar que no leerás nada más de un autor tan bueno. Recomendado a todo aquel que, al contrario que yo, sepa aguantarse la risa mientras lo lee en el autobús. Gracias a Rocío por recomendármelo.
El ejército perdido [Valerio Massimo Manfredi]
Manfredi escribe siempre sobre cosas históricas y Jaime, cómo no, me recomendó y dejó leer este libro. A ojos de un poco-nada entendido en Historia se convierte en una historia capaz de encuadrarse con precisión en algún hueco de tus clases del colegio.
Muy bien documentado (algo fácil si está escrito por un historiador). La Historia es buena, la historia es diferente a cómo podrías querer que terminase y a ratos repetitiva. Un buen libro en cualquier caso.
Los hombres que no amaban a las mujeres [Stieg Larsson]
Otro de esos libros que forjan su leyenda de mano en mano. Es de lo primero que leo en literatura sueca, y sólo diré que pregunto cada día cuándo llegará el pedido de la segunda parte. Comienza interesante, por el medio es interesante y el final es interesante. Te atrapa desde la primera página y es capaz de conseguir que imagines a una persona para cada uno de los personajes mientras terminas acostándote a las 2 de la madrugada por no dejar de leer. De lo mejor que ha pasado por mis manos.
Los asesinatos de Manhatan [Douglas Preston y Lincoln Child]
Preston y Child a estas alturas no necesitan presentación. Creo que son los autores de los que más libros buenos he leído. Al principio pensarás que estás, por fin, ante algo que han escrito que no sea tan bueno. No es así, poco a poco la historia te rapta, y no sabes si prefieres pertenecer al pasado o al presente…o si, tal vez, será todo lo mismo. Me ha defraudado un poco el final, pero si lo piensas bien, sería tan aburrido que todo terminase cómo quieres…
Esta es la canción que le gustó a Mary:
domingo, marzo 15, 2009
Ruota della fortuna
Definitivamente no se hacer diarios. Es un trabajo que requiere orden, y cuando no sabes o no eres capaz de ordenar tu vida, es estúpido intentar archivarla de forma escalonada.
Lo que escribo normalmente tiene, o suele tener, más de dos lecturas diferentes; una superficial sobre cosas que me pasan, otra un poco más profunda que deja entrever alguna de mis ideas y sentimientos, y luego hay pinceladas de mi, ocultas y repartidas por doquier, en un intento de bitácora, un libro de anotaciones desastroso para saber quien soy si algún día me pierdo, pero ante la incapacidad de de ir haciendo entradas manteniendo un ritmo constante, escribir aquí de vez en cuando se convierte en un ejercicio de paisajismo pixelado, que en algunos casos puede resultar brillante, y en otros, un vacío interrogante.
En las próximas entradas, intentaré, con perspectiva de flash-back, recuperar algún pedazo perdido de estos meses.
“…El, como medievalista, creía en la rota Fortunae, o rueda de la Fortuna, un concepto básico de De Consolatione Pbilosophiae, la obra filosófica que había sentado las bases del pensamiento medieval. Boecio, el último romano, que había escrito la Consolatione mientras padecía una prisión injusta por orden del emperador, había dicho que una diosa ciega nos hace girar en una rueda, que nuestra suerte se presenta en ciclos…”
¿Sucede acaso que mi rueda ha tocado fondo, y ahora comienza a girar vertiginosamente hacia arriba?...no lo se, la verdad es que nunca he terminado de creer en la suerte tanto como Ignatius Reilly, pero últimamente lo que escribo en mi pizarra mágica se hace realidad tan rápido, que comienzo a no querer borrar ningún deseo futuro y anhelar que caigan todos dentro del plazo de la buena racha.
La suerte, si es, es efímera, aparece con creer que está y desaparece sin saber si alguna vez estuvo. Se muestra casi siempre incompresible y sólo la descripción de la rueda con pequeñas ruedas independientes interiores, aunque vana y casual, se acerca lo suficiente a la realidad.
Sólo el tiempo dirá si podré considerar que estoy en pleno ascenso, o tan sólo es una pequeña subida en el descenso, pero una cosa es segura: esté dónde crea estar, las cosas siempre cambian.
“I feel it all” y la alegría de lo más parecido que he encontrado, entre mis videos musicales, al famoso baile de la gallina por parte de Leslie Feist, es la representación más cercana a la celebración de mis 6 y ½.