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viernes, diciembre 18, 2009

Oltre a 92 giorni...


Nunca he sido una persona demasiado inteligente, y me da rabia, porque sé que una persona suficientemente inteligente sería capaz de predecir el futuro inmediato tras la toma de una decisión.

Desde que nacemos, tenemos a nuestra disposición la capacidad de decidir, de tomar un camino u otro para labrarnos un destino. De nada sirve preguntarse que habría pasado si en vez de tomar una decisión hubiésemos tomado la contraria, o simplemente otra, porque cada camino, generalmente, es irreversible. Así, comenzamos nuestra vida sabiendo muy poco, o más bien nada, de todo, y nuestras decisiones llevan nuestra vida a una continua especialización hacia la imbecilidad. Con el paso de los años sabemos cada vez más de menos, hasta que al final, no sin un poco de suerte, conseguimos saber todo de nada. Y eso, es lo que nos hace imbéciles.

Desde que decidí estudiar una ingeniería, mi nivel de imbecilidad creció exponencialmente y, arrepentido o no, aquí estoy después de todo este tiempo, a continuar pasando por periodos de una vida que van dejando recuerdos de pasado, incapaces, tras su reconstrucción, de predecir un futuro suficientemente nítido.

Los últimos 92 días, aproximadamente el 25% de un año y el 1% de mi vida me han dejado ya una pequeña cicatriz, que marca mi forma de pensar, me cambia como persona y que me hace tomar un camino diferente en definitiva, y aunque estoy convencido que muchos de los recuerdos y sensaciones que llevaré a casa son efímeros, sé que sin esforzarme demasiado formaréis parte de mi futuro de alguna forma.

Aunque no lo vea con claridad, soy consciente que el futuro está ahí delante.

Il bene più segreto sfugge all'uomo che non guarda avanti, mai.

Ritorno subito...

jueves, julio 24, 2008

Soy solomillo


En mi casa estamos todos en modo borrador. Si estás por aquí y no sirves para nada, no se te utiliza desde hace tiempo o te escondiste en un rincón y llevas ahí años sin que nadie te eche de menos…a la basura. Si eres un disco con programas antiguos, a la basura. Si perteneces a la colección de apuntes de hace más de 4 años, a la basura. Discman y walkman y demás artilugios desfasados a la basura, juguetes rotos, a la basura. Que encontramos 15 mochilas que le mangó mi hermano al papa en el “V encuentro mundial de las familias” en una caja, a la basura. Si te presentas disfrazado de “recuerdo de mi primera comunión”, terminarás en la basura. Si mi hermano no se cosca y perteneces a su colección de recortes y cromos de fútbol, tus días terminan aquí…no me culpes, tengo que hacer hueco a mis cosas, y es que, nadie se salva de la limpieza, hasta el gato ha sacrificado su cesta de dormir la siesta, y mi ordenador también está sufriendo las consecuencias; versiones de prácticas, copias de fotos, viejos vídeos y series, contactos del Messenger que nunca me hablan…todo a la basura papelera de reciclaje.

He salvado de la primera gran quema familiar mi colección de revistas Quo, cuyo ejemplar más antiguo data de hace 11 años. Por unas horas mis más de 100 revistas, que atestiguan mi patológica Diógenes, han estado dónde quería mi madre (en el saco de cosas para reciclar), pero volver a leer hoy, en el presente, la sección del futuro de las revistas del pasado, y darme cuenta que pronto se inventará un teléfono que incorporará agenda (lo que viene a ser un móvil cutre) y que podrá hacer llamadas vía satélite y todo. O un espejo para el coche que se conectará al teléfono para, milagrosamente, hablar sin usar las manos(lo que viene a ser un parrot con blue tooth), que algunos expertos, reticentes, afirman que tal vez, algunos comerciantes aprovechen para aumentar los precios si alguna vez llega el euro (previsión futurista para el 2002), mientras se descubre que comer fruta es bueno para la piel por culpa de las vitaminas y se prevé que entre 2005 y 2010 asistiremos a la creación de la primera colonia humana en la luna.
A falta de sólo 2 años para comprarme un trastero en la luna y no tener que hacer más limpieza, he vuelto a esconder las revistas, hasta la próxima gran quema.

Ojo al piropo que me lanzaron el otro día:

-…venga ya, que yo ahora no estoy en el mercado…
*¿Mercado? ¿De qué mercado hablas?
-Joder, pues del mercado… que no estoy en el mercado de la carne.
*¡Pero qué dices!, ¡si tu en el mercado de la carne eres solomillo!

Uno de los motivos para haber ido al summercase: