martes, marzo 04, 2008

Día 2


Me arrepiento de no haber traído un diario secreto como Diana, en el que cada noche pueda escribir el día con los pies sobre la cama de arriba. Fingir que no lo hago, que no escribo nada importante, sería casi tan divertido como intentar entender lo que siente una inglesa al pensar darte el cambio en libras de lo que le has pagado en euros y tener que sumar el 10% de iva + servicio…escaso por cierto.
Pero no lo tengo, así que me serviré de mi memoria, visto que está de moda escribir en el blog las cosas pasadas en presente, así, se juega con la ventaja de mirar todo de lejos, que siempre da más perspectiva.

Además frente a mi cama tengo la ventana más grande jamás vista en una habitación con 6 camas, desde la que se ven los tejados de casas recién sacadas de una película de Tim Burton.

Mi primera impresión: Increíble. Todo parece más grande de cómo lo había imaginado, menos gris y más verde, pero sobre todo más típico, si es posible. Nada más bajar del tren del aeropuerto en la estación Victoria, no podía parar de saltar. No se si era por encontrarme después de tanto tiempo con mis amigos (o como me llaman; amigo del amigo…), o por ver taxis negros, cabinas y autobuses de dos pisos en cualquier dirección que mirase.

Después de ajustar mi hora como todo buen Londinense en cada esquina (¡debe haber más relojes por la calle que en Suiza!), dejarme estafar en un fish & chip, ver el buckingham palace cargado con mi mochila amarilla a lo pocholo, dar un paseo por la ciudad y ver por primera vez el Big Ben, sólo me queda dormir. Del revés claro, que aquí todo se hace al contrario.



fotos del día

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