martes, noviembre 13, 2007

Notas para futuros martes 13


Esta mañana me he despertado con un empeño un tanto raro de hacer las cosas bien, y rápido, y he aprendido, que todo lleva su ritmo y que por mucho que te esfuerces en intentar que tu día dé más de si, aunque sólo intentes rasgarle unos minutejos, el señor Cronos se encarga, de una forma u otra, de restarte un poco más si cabe a esas insufientes 24 horas.
El plan era hacer demasiadas cosas, entre las cuales, y dejando a un lado las obligaciones diarias de todo buen estudiante, se encontraban el hacer la colada, la compra, preparar una comida sustanciosa para levantar el ánimo, resolver problemas irresolubles de colores y jugármela contando largos en la piscina que suenan a chino…
No voy a dejar constancia escrita de la odisea completa, tan sólo diré que no se puede confiar del todo en los despertadores, que a veces el temporizador de las secadoras se atasca y la ropa termina oliendo a chamusquina, que se puede llegar a enloquecer buscando la mochila por toda la casa, maldecir al autobusero por no avisar si has subido al bus con mochila y bajado sin ella… para darte cuenta finalmente, que tienes una llave en el bolsillo, que es capaz de liberar la mochila perdida de la taquilla del Carrefour, dónde está encerrada con parte de la compra, y que por ir a recogerla no llegas a clase en tiempo y tienes que esperar la siguiente hora, que te pones el bañador en el servicio de la facultad, dónde se ha quedado colgado de la manilla de la puerta tu calzoncillo entre las prisas por ir a la piscina, a la que, cuando llegas, te das cuenta que el horario para el baño público ha terminado…resignado vuelves a casa y descubres que vas en plan comando y que, o corres a la facultad a por tu ropa interior, o es probable que alguien se apodere de ella para tener con qué hacerte budú y completar el día.

Nota de diario: No intentar jamás ser eficiente. Y mucho menos un día con fama.

2 comentarios:

Unknown dijo...

jajaja. Vaya dia!. Bueno , siento reirme pero es que ha pasado de todo.
Así que era tuyo ese calzoncillo que me he encontrado en la manilla de la puerta!?

Mingui dijo...

No puede ser, porque cuando llegué aún estaba allí, intacto y todo! Ese que encontraste debía ser de otra persona.