El contagio emocional es un hecho científicamente probado.
Quizá no podamos verlo a simple vista, pero las emociones saltan de una mente a otras, como mini canguros, en una especie de baile invisible, irradiado mucho más eficazmente que las ideas.
Últimamente le sucede a un chico, que bosteza demasiado y, aunque demasiado no creo que signifique suficiente, está convencido que tampoco es sueño. Quizás, lo único que vigila por el retrovisor es cómo se despereza etérnamente y, al visualizarlo, se autocontagia. O puede que se sorprenda inventando excusas para la rojez de sus ojos y su cuerpo expulse, con bostezos, la culpabilidad de las heridas suficientemente abiertas. Demasiado tarde.
Y confía en que controla su cuerpo, sin darse por vencido demasiado pronto. Demasiado fácil. Aún así hay mil cosas que escapan a su control; su temperatura corporal fluctua, su vello se eriza y su corazón palpita a un ritmo caprichoso y, aunque esté convencido que no necesita del aire para respirar ni del amor para vivir, sus costillas danzan y al final se resigna a bostezar y a entender que, a pesar de todo, él también necesita estar triste de vez en cuando. Y dejar de bailar. Y mirar el ruido. Sin prisa.
Sabe que los bostezos se contagian igual de rápido que la tristeza y la fecilidad, pero hay cosas que no se pueden evitar, así que sólo queda seguir fingiendo que se es felíz. Y bostezar. Y contagiar.
Guillemots siempre me contagia…let’s not wait.
miércoles, enero 12, 2011
Siamo contagiosi
miércoles, marzo 19, 2008
3 cosas antes de partir
Cosa 1:
Casi 4 años de espera bien se merecen un post. No es que no tenga suficiente con escuchar una y otra vez sus anteriores discos, pero se me hacía muy difícil la espera de novedades fuera de la fotografía, y por fin aquí están. Hablo de Bryan Adams, el que es para mi, sin lugar a dudas, el mejor cantante vivo de la actualidad. Y cuando pronostico una de las mejores colecciones de canciones desde “On a Day Like Today” hablo de 11 “Eleven”, su último disco, que apenas salió a la venta ayer.
Llevo 11 días sufriendo el escuchar 1.40’ de canciones que se iban colgando a cuentagotas en la web y marcaban la cuenta atrás, y por fin ya está en mi poder. Ahora me administraré mi dosis diaria de la mejor música en una de las mejores voces, y no me permitiré pasar de canción hasta que no aprenda a cantarla sin el “wachu wachu” de mi inglés. No dejes de hacer lo mismo, que merece la pena apagar un ratito los demás sentidos y dejarte llevar por el sonido.
Cosa 2:
La siguiente cosa no me veo capacitado para recomendarlo, así que describiré mis impresiones:
"La enfermera de Brunete" es el último libro que he leído, cuenta la historia de Javier y Soledad, que se enamoran durante la guerra civil española. Maristany presume de haber dedicado 30 años de su vida a la escritura de la que dice ser su obra maestra, y por eso cuando te haces con el libro y comienzas a leerlo, te va dejando la sensación de una historia que no llena las expectativas, una historia que no deja de ser un culebrón de sobremesa, con un lenguaje que se hace cursi y poco creíble por momentos, un argumento escaso y recurrente, por lo que te parece estar viendo una telenovela mexicana en la que las conversaciones se repiten una y otra vez, y el poco misterio que guarda, se limita a hacerte pensar cómo reaccionará otro personaje más cuando se entere de lo que le tienen que contar.
La historia podía haberla limitado a menos de 500 páginas, así que te haces una idea del relleno que hay. Supongo que en su boceto original pensaba incluir alguna intriga en la historia, pero al ampliarla a más de 1000 páginas, antes de llegar a la mitad ya sabes lo que va a suceder.
Una cosa que me ha sorprendido es la poca definición de los personajes. Comienza a presentar mil personajes, uno tras otro, sin dar tiempo a asimilarlos. El protagonista no lo decide hasta bien entrada la novela, así que te queda la sensación de un agua-churri que ha ido escribiendo sin tener la idea clara del rumbo que quiere. Como ejemplo basta decir que a la Enfermera que lleva el título del libro no la conoces hasta más de la página 540, y para llevar el título del libro no da demasiado juego.
Añado, que los sucesos de la guerra están bien narrados, supongo que algo bueno si que tiene, aunque eso si, desde el bando nacional, por lo que para todos los efectos los condes, duques y marqueses defienden el bien absoluto y la patria que se rompe al estilo más Rajoy, y el resto del pueblo son borrachos, sucios, desarropados y salvaje chusma de la peor calaña que puedas imaginar y que hay que controlar. Así que mientras se dedican a matarlos por defender una estúpida jornada laboral de menos de 24 horas, ellos celebran capeas, fiestas en hoteles de lujo y demás…en fin que huele pelín a fascismo. Ahí queda, para el que se atreva.Cosa 3:
Imagina qué se siente cuando tu hamaca de colores se desvanece por las escaleras y a en tu puerta aparece un regalo blanco en forma de sofá gigante. Pues se siente cómodo, tanto que me cuesta levantarme casi tanto como resistirme a tumbarme y dejar pasar el día escuchando música…pero la maleta me espera y esta vez he prometido no perder el tren.
No he encontrado ningún video aún de 11 que merezca la pena, así que ahí queda esta colaboración mítica de 3 de mis voces favoritas: